Marco Antonio Chirino Contreras

Marco Antonio Chirino Contreras, murió tranquilamente a la edad de 57 años el 10 de julio del 2025 en Denver, Colorado, Estados Unidos. Marco Antonio nació en Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela el 21 de marzo de 1968 de Marcos Ramón Chirino García y Gladys Contreras Fernandez. Le sobreviven su esposa Reina González, sus hijos: Anier Moisés (Glareiny) nietos: Alexandra Isabella y Aslan Gerardo, Marco Santiago, Marco Sergio (Eleana) nietos: Biancca Marcella y Maximiliano Andrés, Marco Sebastián, sus padres Marcos Ramón y Gladys Teresa, sus hermanos: Mario Chirinos, Marlón Chirino, Mary Ann Chirinos, Marié Allison Chirino, Mary Annett Chirino, su suegra Mery Quintero y numerosos cuñados, cuñadas, sobrinos, sobrinas, tios, tias, primos, primas, así como una gran familia extendida.

Desde temprana edad, Marco demostró su dedicación. Cursó la educación primaria en la Escuela Nacional Eduardo Emiro Ferrer y culminó sus estudios en el Grupo Escolar Estadal Luis Arrieta Acosta. Su camino académico continuó en la Escuela Industrial de Maracaibo, donde, a la joven edad de 15 años, obtuvo su título de Bachiller.

Posteriormente, en el Instituto Universitario Jesús Enrique Lossada, se graduó como Técnico Superior en Informática a los 18 años.

Profesionalmente, Marco dejó una huella significativa. Trabajó en las tiendas Fin de Siglo, en el Banco Mara y, durante 19 años, se desempeñó con excelencia como Técnico en Telecomunicaciones en CANTV.

Más allá de su vida laboral, Marco era un hombre de profundos intereses. Amante de la música, era un talentoso gaitero, y su amor por la salsa lo llevó a dominar la percusión. El béisbol fue otra de sus grandes alegrías; entre tambores y el guante, encontraba la felicidad que definía su espíritu.

En 1986, conoció a Reina González, quien se convertiría sin duda en el amor de su vida, su amada esposa y compañera. En ella, siempre halló su refugio y su mayor alegría. Juntos construyeron una hermosa familia, bendecida con cuatro hijos.

El amor por sus hijos fue su más grande orgullo, ellos fueron su mayor tesoro, su alegría infinita y su razón de ser.

Marco dejó este plano terrenal, dejando un inmenso vacío en nuestros corazones. Sin embargo, su luz y su amor seguirán viviendo por siempre en cada uno de nosotros. Recordaremos su sonrisa, su pasión y la alegría que siempre nos brindó. Aunque su ausencia nos duela, el legado de su vida nos impulsa a vivir con la misma intensidad y amor que él nos enseñó. Su espíritu nos acompaña, guiándonos con la esperanza de que algún día nos volveremos a reunir. Te amaremos por siempre Marco Antonio.